Voladura

Nombre: Ethaw
Ubicación: A Coruña

jueves, junio 26, 2008

Ir limando

Un espacio recóndito dentro de las uñas. Allí se hallan depositadas la esencia de tu ser cuando extraía la mezcolanza de las noches mudas. Hemos adorado conjuntamente el silencio, el aplauso del hueco compartido y las sábanas repletas de olores.
La noche avanza.
Fue que repetimos hasta la saciedad los mismos gestos. Pero cómo poder afirmar que la variedad habitó dentro de este cuarto azulado colándose el sol y el hambre saciado por el sexo baladí? La noche avanza con retales de antiguos amores. La oscuridad mancillada por el ser humano. Los mismos gestos. El acto de la repetición y los perfumes en el embozo de otros labios que ahora recuerdo y no sé porqué.
La noche avanza ( tictac)
Otro silencio. Otro hasta pronto con el estruendo silente de un portazo al alba. La soledad y otro cuerpo para coleccionar. Tu cuerpo y una carta donde he de decir que nada fue un error porque que tu y yo somos más que dos seres anquilosados por el tedio y la tristeza, dos cuerpos a punto de desaparecer como una historia más dentro de la insignificancia del mundo.
El alba empieza a respirar.
De nuevo y otra vez lo mismo. De nuevo el abismo. De nuevo y otra vez. Sé que di a entender que albergaría la esperanza contigo, el matar de los recuerdos que liman el espacio que tengo para darte y no di. Así que entiendo que te levantaras al alba y saliendo del baño despreciaras mi mirada de mártir estúpido. Un simple burdo coleccionista de amantes pensarás. Un imbécil que nunca se desprenderá de su cortaúñas.

domingo, junio 15, 2008

Como el Guadiana

Como todo aquello que se va para nunca más volver, como las andanzas de un maldito reloj que examina detalladamente el pasar de mis días sin nada que decir, como el Guadiana coqueto, pusilánime y esquivo, escribo otra vez para desaparecer ahora con las palabras.
Confieso que el silencio me abruma. Cada vez imagino mejor esta singladura con el mutismo de mi cuerpo, el te quiero omiso de las meretrices antiguas en el corredor de mi casa, mi casa de sueños prohibidos porque renacen de las cenizas el deseo inequívoco de querer amar otra vez.
El amor es ciego. Las noches frías con sus caricias ínfimas. Las mañanas de nuevo. De nuevo el espejo estúpido de la repetición, las metáforas neutras y el arbitrio y tu cariño que no logro olvidar.
Como el Guadiana. Sin más que ir y venir y fugarse y volver y repetir y caer y caer de nuevo y seguir. Como el Guadiana. Hoy verán aparecer sus aguas enérgicas de nuevo pero el tiempo hará que como aquellas cosas que no tienen importancia volverán a sumergirse e irse para luego volver. Porque siempre he querido volver aún sea con los ojos vendados.