Idea de nada

El sol se cuela por mi ventana. Temprano. Mientras el espejo siempre muestra esa imagen de un gen en procura de nada, nada se gana, nada se pierde. El sol en su máxima representación cuando viste este cuarto de baño a primeras horas de una nueva existencia. El mundo existe. El espejo empañado con su reflejo de niño gigante como creando un hombre con alas...
El sol camina. El verano llega con su esplendor de dios que quema esas alas porque quién osa volar es mendigo del alma, triste realidad. Dicen que el sol que se cuela por mi ventana tiene un color especial como Sevilla, como tu cuando me dices que me quieres, como la posibilidad que tiene el mundo de cambiarse dando vida a otra realidad en el espejo. El espejo está empañado. Mi rostro cuando pienso en todo esto también.
Un sol que nace en este habitáculo, el sol de mi esperanza fue. El sol y este espejo que todo lo multiplica. La repetición y otro día, y otro, y otro sol y giro sin saber muy bien lo que escribo. Así que paro y dejo que el movimiento de traslación sigo su curso. El sol mustio al final de sus horas, mis horas limitadas para morir y dejar constancia de nada.
Será mejor que vaya a la cama. Pensaré en ti. Mi sol. Buenas noches.